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Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901). Retrato del Dr. Henri Bourges (1891) Óleo sobre cartón montado sobre madera. 78,74 x 50,48 cm. Carnegie Museum of Art. Pittsburgh. USA |
En una carta dirigida a su madre, en 1892, Toulouse-Lautrec le decía que consideraba a Henri Bourges"como uno de sus mejores amigos, como el mejor".(1) Los dos Henri se conocían desde la infancia y Bourges (un joven formal y responsable) gozaba del respeto y la confianza de la familia del pintor. Por eso, como Toulouse-Lautrec detestaba vivir solo, cuando Bourges llegó a París para estudiar Medicina, compartieron durante siete años, entre 1887 y 1893, un apartamento en el número 19 de la rue Fontaine.
De aquella época, concretamente del año 1891, data este retrato que forma parte de una serie que Toulouse-Lautrec dedicó a sus mejores amigos. En él vemos a Henri Bourges en un rincón del taller del pintor, de cuerpo entero, poniéndose los guantes y vestido para salir... Ya sabemos como le gustaba al pintor disfrutar con sus amigos las noches de París: y, sin duda, Bourges lo acompañó con frecuencia.
Pero Henri Bourges completó con éxito sus estudios en 1893 (ya tenía, por cierto, 33 años) y no sólo empezó a ejercer enseguida sino que decidió casarse y fundar una familia. La noticia de la boda le sentó fatal a Toulouse-Lautrec, que no podía verse a si mismo en esa situación. El pintor se sintió traicionado y abandonado, cayó en un abatimiento profundo, y se convirtió en un peregrino durmiendo aquí y allá, en casa de algún amigo, en un hotel, en un burdel...
Sin embargo, la amistad entre ambos no acabó jamás. Bourges, que como médico alcanzó cierto renombre como autor y traductor de libros y artículos de medicina, destacando los que trataban sobre la difteria o la sífilis. Respecto a esta última, por ejemplo, pensaba que para su tratamiento era necesario aumentar las horas de sueño, y se preocupaba por las consecuencias de la vida noctámbula que llevaba su amigo pintor. Fue el médico Bourges, también, quien convenció a la madre de Toulouse-Lautrec, Adèle, en 1899, para que ingresara a su hijo en una clínica donde se le tratara su adicción al alcohol. El amigo médico siempre quiso lo mejor para el pintor.
Referencias bibliográficas:
(1) CARCAS CASTILLO, M. Rosario (2012): El alcohol entre la vida y la obra de Tolouse-Lautrec. Tesis Doctoral. Universidad de Zaragoza: 244-246. [Disponible en: http://zaguan.unizar.es/record/9667/files/TUZ_0357_carcas_alcohol.pdf; consultado el 10 de noviembre de 2013].
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